
04 de agosto
SAN JUAN MARÍA VIANNEY, EL SANTO CURA DE ARS, PATRONO DE LOS PÁRROCOS.
El santo cura de Ars se caracterizó por su espíritu de oración y contemplación. Cumplió fielemente el dicho del Evangelio: “Es menester orar sin desfallecer” (Lc 11, 13). De su espíritu y práctica de oración sacó fuerzas, como él mismo lo con esa, para auxiliar a los párrocos impedidos de otras jurisdicciones, ausentes o enfermos. Fue un hombre hondamente generoso que nunca vivió para sí mismo, sino para auxiliar, socorrer y ayudar a cuantos necesitados a él acudieran. San Juan María no fue académicamente un estudiante brillante; pero en piedad y caridad era el modelo de todos los seminaristas. Se ordenó sacerdote, el año de 1815.
Pues no es posible amar a los enemigos y hermanarse con ellos, sino sobre la base de una honda y humilde abnegación de sí mismo. Por eso, Juan María corrigió prudentemente y pacientemente a sus feligreses, hasta hacer de su parroquia un modelo para Francia y para el mundo católico. El cura de Ars ejerció tan eficazmente su ministerio en el medio rural de su parroquia, que hasta ilustres personalidades de las capitales de Europa acudían a él. En su confesionario llegó a atender seguido hasta 18 horas al día. Acudían a él toda clase de celebridades. ¿Cuál era su secreto? La oración ante todo y su entrega con ada, llena de comprensión y de amor a todo el que acudía a él, grande o pequeño, rico o pobre, sabio o ignorante. El cura de Ars ha legado un testimonio y un ejemplo maravilloso para todos los sacerdotes y laicos que quieran entregarse al servicio espiritual de sus hermanos.
El 4 de agosto de 1859 Pío XI lo proclama patrono de los párrocos.
P. Orlando Salazar – Subdirector.
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